Todo el mundo hizo su parte. Hubo seguimientos, sincronizaciones, actualizaciones escritas y espacios para comentarios. Sin embargo, de alguna manera, las piezas no encajan.
Entonces, ¿qué ocurrió?
Resulta que hablar no siempre es lo mismo que comunicar de verdad.
El modelo de comunicación de Albert Mehrabian ayuda a ilustrarlo. Según el contexto, se calcula que entre el 60 y el 93% de la comunicación es no verbal. Alrededor del 55% de la comunicación se basa en el lenguaje corporal: expresiones faciales, posturas y gestos. Otro 38% es paraverbal: cómo hablamos, nuestro tono e inflexión. Sólo el 7% procede de las palabras que decimos.

Eso significa que la mayor parte de lo que nos ayuda a entendernos va más allá del lenguaje. Y cuando nos comunicamos virtualmente -por teléfono, en un chat o a través de una presentación de diapositivas-, gran parte de esa riqueza se pierde. Confiamos mucho en la claridad verbal y escrita, pero esas herramientas por sí solas no siempre bastan para crear una verdadera alineación. Es importante aclarar que esto no significa que las palabras no sean valiosas, ni mucho menos. Especialmente en contextos escritos o técnicos, la claridad del lenguaje es esencial. Pero cuando las conversaciones implican ambigüedad, emoción o interpretación, nuestros cerebros tienden a confiar más en las señales no verbales para dar sentido a lo que realmente se está comunicando. Esto está profundamente arraigado en nuestra evolución: mucho antes de que existiera el lenguaje hablado, los seres humanos se comunicaban a través de expresiones faciales, el tono y el movimiento del cuerpo. Incluso hoy en día, una pausa reflexiva, una sonrisa rápida o un ligero cambio de postura pueden transmitir más que una docena de palabras cuidadosamente elegidas.
Y ahí es donde el marco de Patrick Lencioni en torno a la dinámica de equipo puede ofrecer alguna perspectiva. En su modelo de las cinco disfunciones de un equipo, la raíz del problema no suele ser la falta de esfuerzo, sino un vacío de confianza.
No confianza en el sentido de "creo que harás tu trabajo", sino en el sentido más profundo: la confianza de que está bien admitir la incertidumbre, hacer preguntas que pueden parecer obvias o decir "no creo que lo entienda del todo".

Cuando ese tipo de ambiente no se cultiva intencionadamente, la gente -incluidos nosotros mismos-podemos dudar a la hora de hablar. Puede que asumamos que todos los demás están alineados y no quieren ser los que frenan las cosas. Puede que no nos demos cuenta de que hay un desajuste hasta que sea demasiado tarde.
Otra capa clave es lo que Lencioni llama miedo al conflicto. En los equipos con un alto nivel de confianza, el desacuerdo constructivo es bienvenido, es un signo de compromiso. Pero cuando la confianza es frágil, incluso las diferencias de opinión bienintencionadas pueden parecer arriesgadas. En lugar de preguntar, asentimos con la cabeza. En lugar de cuestionar, nos quedamos callados, no por falta de compromiso, sino por precaución.
Es fácil confundir acuerdo con alineación. Pero la alineación es activa. No se trata sólo de si hemos oído las mismas palabras, sino de si las hemos interpretado de la misma manera. Y eso lleva tiempo, intención y el tipo de comunicación en el que la gente se siente segura aclarando, desafiando y preguntando sin dudar.
¿Qué podemos hacer?
Podemos empezar creando un espacio para la curiosidad por encima de la certeza. Fomentando las preguntas, modelando la vulnerabilidad y normalizando la frase: "¿Podemos volver a comprobar que estamos en la misma página?".
Podemos invitar a una sana tensión en las conversaciones, haciendo que esté bien decir: "Yo lo veo de otra manera", y no tratarlo como un descarrilamiento, sino como una forma de avanzar.
Y, sobre todo, podemos reconocer que la comunicación eficaz no es sólo una habilidad blanda, sino estratégica. Cuando se hace bien, genera alineación, refuerza la confianza y nos ayuda a trabajar como un solo equipo, no sólo como un grupo de individuos que trabajan en paralelo, sino como un equipo que avanza unido. ¿Quiere saber más? Póngase en contacto con nosotros.